Diversas sintonías sonaban,
su voz en la mente cantaba, su aroma en su alma recordaba, sus sueños ilusos
terminaban.
Su ilusión florecía en
amaneceres, su realidad de los anocheceres, su ser lloraba en atardeceres.
Los ojos cegaban su
realidad, aquel ser le trataba con frialdad, su corazón añoraba la felicidad,
mientras su amor sumergía en la oscuridad, su impotencia conduciría su soledad.
Noches de ensueños
recordaba cada día, discusiones su presente cada momento le abatía, el amor por
el que luchaba no le correspondería, pues aquel ser jamás le querría.
Largas humillaciones
soportaba, momentos cortos de ilusión compensaba, discusión tras la armonía
llegaba, su corazón hundido palpitaba.
Amor que se volvería en
llantos, su sentimiento se encerró en su canto, comenzó así su mayor espanto,
su interior lloraría a cal y canto.
Su corazón poco a poco se
fue enfriando, su mente continuó olvidando, mas no sabía lo que le estaba
esperando.
Tras el frágil olvido llego
su espanto, su amor se presentó con llanto, falso arrepentimiento que cayó en
su encanto, volvería a empezar las sintonías y cantos.
Caminó entre cielos de
esperanzas, el amor luchado pareció recompensar su añoranza, pero días lejanos
daría con aquella falsa alabanza, sólo sería otro juego en semejanza, su alma
odiaría su ilusa esperanza.
Su corazón desvanecía sus
latidos, su amor convirtió en odio su silencioso sonido, su mente escondió su
corazón no correspondido.
Tiempo de tempestad, llegó
su dolor a sumergirse en soledad, se negaría a sentir aquella felicidad, a
cambio de llorar su libertad, jamás soñar con aquella complicidad.
Su corazón no volvería a
llorar, su alma no sentiría aquel mirar, su mente no volvería a recordar,
aquella dolorosa y dulce palabra que en su pasado fue amar.